Estas triste?
No entiendes porque ha sucedido aquello que te acongoja.
Te invito a leer uno de los cuentos que incluiré en Cuentometrajes
El capullo de la rosa
Isis el capullo
era el único que había sobrevivido al último corte de rosales del año, al verse
sola, puso las manos en su rostro y lloro, ¿Porque lloras le dijo el granjero?
Porque has cortado a mi hermana y se va a morir.
El granjero un
hombre grande y corpulento con camisa a cuadros se agacho lo más que pudo y le
dijo – No, no va a morir –. Pero Isis sabía que a todo aquello que el granjero
cortaba nuca volvía, por lo que dejo
escapar otra lagrima. El granjero con tono apesadumbrado le dijo como si
adivinara sus pensamientos, es cierto que no volverás a verla como era, con todo
su esplendor y lindos colores, pero volverás a verla, te lo aseguro. Ya termino
la cosecha por este tiempo así que creo que nos veremos hasta dentro de dos
meses.
Los días pasaron
y el capullo se sentía cada vez más solo. Un día un torrencial aguacero se desató
en el campo e Isis quedo toda feliz y emparamada pues le gustaba mucho bañarse
con agua de lluvia. Ese día mientras el agua arreciaba, vio en una de sus hojas
una pequeña gota de roció que le dijo Hola como si se conocieran de tiempo atrás.
Soy tu hermana
Neftis le dijo la gota. Pero cómo, pregunto extrañado el capullo, vi cuando el
granjero te cortó como puedes estar aquí.
Tengo un poco de
tiempo para contarte todas mis aventuras, justo antes de que salga el sol y me
evapore. Pero el capullo cruzo las hojas y volteo sus pétalos en señal de
descontento hacia su recién recuperada hermana diciendo, ¿te volverás a ir? llore
mucho cuando con tu partida y no quiero volver a perderte. De su rostro surgio una
pequeña lagrima.
Neftis entendió
la tristeza que sintió su hermana al sentirse sola pero estaba segura de que si
oía su historia, cuando se volvieran a separar, no estaría más triste así que
le propuso un trato. Escucha mi historia
y después de oírla tú decidirás si me voy o me quedo, ¿Qué te parece? Isis no
dudo ni un momento, por más bonita que fuera la historia siempre decidiría que
su hermana se quedara, así que descruzo sus hojas y volteo el rostro aceptando
el trato.
La lagrima rodó lentamente por el pétalo de Isis y antes
de caer al suelo, Neftis se corrió a un lado para que cayera justo encima de
ella, al caer hizo que Neftis quedara mas grande como una doble gota de roció.
Cuando el
granjero me corto, me sentía muy triste de dejarte, pero la señora Rosa una
flor mucho mayor que yo me dijo. No llores, mira hacia adelante, nosotras las
rosas tenemos una bella misión te lo aseguro. Al lado mío, continuó Neftis, otra bella rosa
no paro de llorar y al escuchar aquellas palabras negó con tono irónico y siguió
llorando amargada porque había sido separada de la granja donde era tan feliz.
El camino fue
largo y no podíamos ver mucho, pero al final llegamos a una gran bodega donde
unas personas como el granjero nos revisaban. A la señora Rosa la llevaron con
migo a una caja pero aquella que no había dejado de llorar y de amargarse la
pusieron en otra caja distinta. A donde
la llevan ¿que le ha pasado? pregunte a Rosa, y ella bajo sus hojas y me dijo –
se ha dejado consumir por los malos sentimientos, la negatividad y la tristeza,
se ha marchitado y no llegara a cumplir nuestra misión. La llevan a la basura –
Después de un
tiempo, nos pusieron en una caja muy bonita. Desde un pequeño orificio pude ver
a un joven que entro y señalo la caja donde nos encontrábamos con Rosa, quien
muy feliz me dijo, ahora entenderás lo que te digo.
El joven nos tomó en las manos, nos llevó por una calle y
justo al final de esta había una chica, cuando abrió la caja y nos vio, lagrimas
recorrieron su rostro. Me sentí muy bien, continuo Neftis, retorciéndose un poco,
fue una sensación genial. Isis se imaginó que si todavía tuviera hojas las
estaría moviendo alegremente como hacía antes.
Esas lagrimas
eran de emoción y cuando caían sobre mí era como una deliciosa lluvia. De
pronto me convertí en una de esas lágrimas y me uní a algunas gotas de lluvia
que caían, después de todo si era lluvia lo que había sentido. En mi camino conocí
otras gotas y juntas llegamos a un río donde conocí peces y pájaros. Un día empecé a sentir que me elevaba, a mi lado
reconocí una voz familiar, era la señora Rosa quien también se elevaba como una
gota de roció al cielo diciendo hemos logrado nuestra misión hacer feliz a una
hermosa joven. Seguimos subiendo y llegamos juntas al cielo, allí conocí nubes
y otros pájaros que no había visto cuando vivía en el océano.
Y un día caluroso
simplemente caí y te encontré. Estoy aquí para decirte que por más triste que
estuve cuando te perdí, no me abrace a ese sentimiento porque hubiera quedado
como aquella flor que tiraron a la basura, seguí buscando la felicidad en cada
cosa que hacía, llevándote en mi corazón, por ello el destino me ha traído de
vuelta a ti, y ahora una pequeña parte de ti hace parte de mí.
Isis recordó cuando su lágrima había caído
justo encima de su hermana. Y ahora, ¿me dejaras ir?
Creo que si, dijo el capullo extendiendo
las hojas y acercando la gota de rocío a su rostro, ahora que te tengo
disfrutare cada momento a tu lado y cuando nos separemos se que te extrañare,
pero seré feliz porque cumpliremos nuestra misión y siempre te tendré a mi
lado.